Amigos:
Es un placer dejarles saber que desde ayer somos súbditos de la Reina "Elizabeth the Second", sus herederos y sucesores. Como algunos de ustedes también son súbditos de alguien y sus herederos, sucesores y demás tracatanes entenderán mejor mi felicidad...
En la ceremonia leímos nuestro juramento en voz alta levantando la mano derecha, recibimos nuestro certificado que acredita que somos ciudadanos canadienses y cantamos en a toda voz Oh Canadá!; nuestro himno nacional. Prometimos observar (¡y obedecer!) las leyes como canadienses, tomamos nuestras responsabilidades y disfrutaremos de nuestros beneficios y derechos.
La primera vez que personas nacidas en otros países se convirtieron en ciudadanos canadienses fue hace 60 años, en enero de 1947. Desde ese entonces, millones de personas han venido a este país y han encontrado libertad, oportunidades, tolerancia y una genuina apreciación por la diversidad cultural. Todos en Canadá vivimos orgullosos de nuestras tradiciones, las diferentes culturas, el entendimiento y respeto mutuo. Donde viven algunos de ustedes tienen problema con eso del respeto mutuo, a veces repudian a sus vecinos y eso no está bien, qué piensen como quieran, aunque estén muy equivocados… ¡No todo el mundo puede ser perfecto!
Durante tres horas se celebra la ceremonia que es muy bonita y solemne, en ella participan dos jueces y un oficial de la policía montada del Canadá, en la foto verán que el juez es hijo de inmigrantes chinos y el policía es alto como el 'Tio Stiopa" (foto adjunta para quienes no lo recuerden).
Desde 1995 he perdido muchísimas oportunidades de trabajo debido a mi pasaporte, con el anterior hay que sacar visa para ir absolutamente a todas partes. El pasaporte canadiense hace posible viajar y trabajar en casi todo el mundo debido a que el gobierno de Canadá tiene convenios comerciales con muchos, muchos, muchos países, respeta y cumple esos convenios. Es uno de los inversionistas extranjeros preferidos por la calidad de los productos y servicios que se ofrecen, la seriedad, respeto y puntualidad en pagos y obligaciones.
Cuando una persona normal y corriente como yo llega a otro país (imaginen que viajé al sur) y el oficial de aduana me pregunta a qué voy a su país, le digo que voy a trabajar y le enseño el contrato de trabajo que me haya enviado la empresa interesada en mis servicios. Sin dilación en la misma frontera, en vez de recibir visa de turismo me dan una de trabajo y así puedo legalmente vivir y trabajar en ese país, abrir cuentas en los bancos, cobrar por mi trabajo, pagar impuestos, etc.
Si hubiera tenido este pasaporte antes ya conocería tantos sitios que la lista se haría interminable, espero que Dios mediante, sigan apareciendo las mismas oportunidades. Hace poco me llamaron de España, ¡la Madre Patria! y tuve que decir no, ya me veía comiendo jamón serrano y turrones de “Jijona – Alicante – España” como los que vendía mi Papá en su bodeguita, cuando la bodeguita era de él y todavía conservábamos la mala costumbre de celebrar noche buena y Navidad en Cuba, ¡qué tiempos aquellos!
¡Compartan con nosotros nuestra alegría!
Un gran abrazo, les deseo que mucha de la buena suerte les acompañe
Marino Family (la cosa es así ahora, en inglés!)
viernes, 28 de septiembre de 2007
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1 comentario:
Que bien, es cierto una pila de nosotros somos subditos de aguien mas...yo me volvi italiana hace poquito,toda una experiencia y todo un desarraigo..un saludo
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