Estoy de vacaciones y como saben hago cosas locas para algunos. En estos días me dedico a leer, escuchar música y aprender cosas nuevas. Ayer decidí ir a una presentación de ventas de SAP donde reconocían la necesidad de innovar, componer y crear nuevos productos con lo que se tiene a mano. En mi mente eso es “cubaneo”. De motores de lavadoras hicimos ventiladores, de compresores quemados bombas de echar aire y compresores para pintar, de gomas y neumáticos usados hicimos balsas para escapar de la isla y la opresión de los Castro, los alambres viejos de teléfono fueron collares y aretes alguna vez. La lista es interminable.
Apple y Starbucks andan en el “cubaneo” sin lugar a dudas. Starbucks vende café y toca música sin cesar en todos sus locales. Apple vende tarecos de todo tipo para leer el mail, navegar por Internet, ver videos y escuchar música entre otras muchas otras cosas. Si mientras degustas un delicioso café escuchas una canción que te gusta no tienes que preguntar quién la canta ni como se llama, sacas tu iPod, tu iPhone o cosa parecida creada por Apple aprietas el icono de “Starbucks” e inmediatamente ves la lista de canciones que se han tocado antes, las que vienen y la que está sonando, sin más dilación la bajas a tu aparato y te vas con ella a todas partes.
Ese concepto de “convoyar” cosas me recuerda los años 70 cuando en las tiendas en Cuba te vendían juntos (por un numerito o cupón de la libreta de ropa) una caja de betún de zapatos “convoyada” con otra cosa como un desodorante, un tubo de pasta perla o una caja de talco “Brisas”.
En este link aparece la noticia en inglés: http://www.apple.com/itunes/starbucks
jueves, 6 de diciembre de 2007
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