viernes, 31 de octubre de 2008

Preguntas Sin Respuesta

Desde 1995 en que logre irme de Cuba donde quiera que voy la curiosidad humana respecto a cómo se “sobrevive” en Cuba es infinita. Una y otra vez he de explicar las maromas e inventos para llevar algo a la mesa, vestirnos, calzarnos, divertirnos y mantener sueños y esperanzas vivos. Siempre aclaro, desde luego, que los soñadores casi siempre imaginan que realizarán sus sueños fuera de la isla. La lista de preguntas es incontable; nunca sabré qué tan bien respondo. En este nuevo trabajo el escenario no es diferente.

Cuando el dictador y sus secuaces mienten sobre la realidad cubana saben que algunas personas creen lo que ellos dicen del “paraíso socialista”. Saben cuán fácil es engañar a un ciudadano del mundo normal. La diferencia de realidades posibilita una confusión mayor. Lo que se ha hecho toda una vida sin limitaciones se torna cotidiano y aburrido a veces, nadie piensa o reflexiona en ello. Nada más difícil de explicar que la libreta de “abastecimiento” por dos razones inaceptables: primero nos compulsan a comer lo que ellos quieren y encima de esa desgracia mayor nos cobran. Hasta cierto punto sería comprensible que en una situación de emergencia nos regularan la alimentación y desde luego, nos la regalaran. Cobrar por ello es mezquino.

Me cuentan desde la isla que las diferencias entre los que pueden y los que no se acentúa cada día en medio de la crisis post-ciclónica. Si hago ese comentario inmediatamente saltan las preguntas:

¿Y por qué los cubanos no se rebelan y se sacuden de ese gobierno tiránico?

¿Por qué permiten que el gobierno a nombre de todos rechace las ayudas ofrecidas por muchos países principalmente Estados Unidos?

Intentar responder me ponen en aprietos porque sinceramente no sé qué decir. Sencillamente tengo que admitir que al nacer oprimidos, con miedo, rodeados de adultos que piensan una cosa y dicen o hacen otra nos atrofiamos. Esos adultos que simulan trabajar para un gobierno que simula que les paga, que habla mal de los que emigraron pero pide a gritos nuestro dinero y pacotillas.

Trato de cambiar el tema y vienen más preguntas:

¿Por qué hay quienes no ven, o pretenden no ver la realidad repitiendo hasta el cansancio que viven en el mejor de los mundos posibles? Estúpidamente corean las consignas que escuchan en las reuniones del partido o en la TV. No sé… ¡pobre gente!

¿Por qué en las distintas empresas donde trabajé el gobierno siempre contó con comisarios y policías eficientes capaces de defender los “logros” del proletariado? Esos son tan peligrosos como los criminales en serie diría yo ¿o más?

¿Y cómo les pagó su revolución? Ahora son retirados pobres y miserables que viven en la mayor indigencia y les ruegan a los que eran malos parientes que manden algo de "allá".

¿Cuál es el botón o programa que les cambian a los funcionarios y deportistas del estado que cuando viajan fuera de Cuba quienes ven como algo normal que los acompañen “segurosos” disfrazados de funcionarios o entrenadores?

Cuando viajé por vez primera a Colombia durante el vuelo el seguroso de turno le quitó el pasaporte a toda una orquesta que viajaba a Bogotá. Luego tuvo que devolvérselo antes de pasar por la aduana para recogerlo nuevamente y evitar que se les “perdiera”.

¿Cómo se afeitan cada mañana y se miran al espejo sin suicidarse aquellos cuadros “revolucionarios” y “militantes del partido” que antes hicieron mi vida un yogurt sin azúcar y repitieron siempre que les preguntaron que “desde el punto de vista revolucionario yo no era confiable”? Esos mismos que ahora me piden que ayude a sobrinos y nietos que viven en Canadá u otras partes del mundo a “echar palante”.

Esta última pregunta es de las que más me gusta de verdad. Cuando me piden que guíe a algún pariente recién llegado a Canadá o al capitalismo en otros países y le diga qué debe hacer para cambiar el trabajo de “supervivencia” que está haciendo por uno en su profesión me esmero en ayudar y dar lo mejor de mí.

¿Por qué? Por muchas razones.

Mi vida está llena de bendiciones, tengo 6 hijos (o al menos hay seis personas en este mundo que me llaman Papá) posiblemente alguno no sea mío pero igual agradezco el favor, a quién besan y abrazan es a mí. Quién les da ejemplo y guía en la vida soy yo, lo de los genes es secundario.

Realizo mi sueño cada día porque soy útil y trabajo en una sociedad donde mi talento y aporte es considerado excepcional. Soy uno entre pocos, me he ido adueñando de mi nombre en Canadá como antes hice en Suramérica, ya sucede que cuando el problema es grande y complicado enseguida piensan todos en mí.

Gano dinero que me sirve para comprar lo que se me ocurra hasta donde alcance sin que importe mi religión o partido político favorito. No tengo que comprar con libreta el día de “las trabajadoras” ni esperar que el sindicato me “asigne” algún electrodoméstico, apartamento o cosa parecida.

Alguna vez leí en otro blog que un psicólogo sabía como explicar tan aberrado comportamiento humano. Yo viví 34 años en “la dictadura del proletariado” y no quiero ir allá ni de visita. No puedo explicar lo que siento yo mismo mucho menos lo que tienen en la cabeza esos “compañeros”.

Creo que definitivamente los seres humanos somos diferentes. No sé si soy un ejemplar de una especie que en vías de extinción o de una nueva que abundará en el futuro. Lo que si sé sin titubear es que soy diferente al Secretario General del Sindicato y del Núcleo del Partido, eso sí lo sé.

Algunas preguntas he de responderlas con cuidado. Si intento explicar que Cuba era linda y ahora es peor que Haití corro el riesgo de ser llamado “racista”; si cuento los privilegios de los “jefes” entonces pudiera ser llamado envidioso porque no comprendo que ellos tienen más y viven diferente debido a que "trabajan" más y tienen mayores responsabilidades. Pensándolo bien tienen razón… Administrar los millones robados durante 50 años, esconderlos en cuentas alrededor del mundo y dejarles la herencia a los “hijos de Papi” no es tarea fácil, sobre todo si se tiene en cuenta que algunos de esos billetes son producto de secuestros y otras actividades “revolucionarias” incluyendo el tráfico de cuanta cosa sea “traficable”.

Si comento que la hija de un general retirado de Cuba gastó muerta de risa casi dos mil dólares en una exclusiva joyería del “Downtown” de Calgary mientras estaba conversando “a lo cubano” con una amiga creen que no saludé y me hacía el canadiense por envidioso. Posiblemente pudieran acusarme de espía, y eso que por desagracia ese día no llevaba mi cámara.

La realidad es que no saludé a la dama porque siempre fuimos diferentes. Alguna vez se cruzaron nuestros caminos cuando ella se estaba preparando para viajar al apartamento que su papá le compró en Nueva York (con dinero de todos los cubanos diría yo, ¡tan ladrón su célebre Papá!). Era yo tan insignificante que no me recordó al mirarme a la cara, ese día le expliqué durante una hora cómo debía comprar una computadora mientras su perfume caro azotaba mis sentidos y mascaba chicles sin parar… o ¿Será que es estúpida y tiene mala memoria?

Me alegro de que no me haya reconocido, saludar con cortesía y respeto como acostumbro a hacer me hubiera hecho envejecer diez años.

Este me quedó largo y está venenoso, creo que es solo para mí. Acabo de descubrir que hace más de un año que comencé a escribir en el blog.

3 comentarios:

Mauricio Blanco dijo...

Mis respetos, también soy cubano y comparto las mismas alegrias de poder escuchar a mis tres hijas me llamar de papá y poder educarlas fuera de aquel regimen. Me gusto muchísimo tu coraje de colocar tu blog en generación y, para que todos te puedan ver, yo también escribo mi nombre, les di mi dirección aquí en Brasil,ya les perdí el miedo y el respeto have mucho tiempo. Un gran abrazo y suerte para ti y tus hijos.

El Loco dijo...

Gracias Mauricio!

Como ves mi blog es una descarga en la esquina del barrio pero con los socios lejos.

Empecé a escribir hacer poco más de un año,cómo es el link de tu blog?

Mucha de la buena suerte para ti y todos los tuyos

NG la Banda dijo...

Loco: Donde coño dejaste el Fiat destartalado que tenias en Lima? jajajaja